En Enciernes encuentro lo que no sabía que buscaba. Había sido yo la que preparaba las llegadas, tenía bebida templada, lista para, si se diese el caso, calentarla o comenzar a soplar con viento fresco para ser refresco de bocas secas, y no, ellos ya nos tienen hecho el caldo. Se agradece esta deferencia y veo que las gentes aquí son bien aventuradas. Dije bien, que lo son, tienen todos caras de tener unas grandes y buenas aventuras, y no las llevan a sus espaldas como sería de esperar. Las presiento, sus aventuras, en los lugares más insospechados, por ejemplo, en un párpado que cae a mi paso, o en un estrecharme la mano y dejar que gire la muñeca como si estuviese abriendo una puerta. Así lo noto, y sé que nos serán contadas.
Día 28 de marzo, 2014
En Enciernes las casas están a medio hacer. Nadie se preocupa si una entrada necesita una puerta o si no hay manera de subir a la estancia del piso alto porque no hay peldaños en la escalera. Importa poco si las tejas se sustentan por hilos invisibles y no por vigas, se caen si lo desean, y se vuelven a colocar. Ves un grupito de ellas, de tejas, con mejor sentido colocadas de platos sobre una mesa, listas para dejar que las gotas de caldo bailen de un lado a otro. Sirvieron para las sopas y nos vimos en la necesidad de ir tentando a la suerte para que sirviese, la sopa, de charco donde chapotear al compás, con los cientos, miles, diría yo, de fideos finos que la componían.
Día 28 de marzo, 2014
En Enciernes dormimos. Nunca había soñado tanto, ni me había despertado con tantas ganas. Me desperté espabilada y los sueños aun rondaban a mi lado, ellos no querían dejar de jugar y pude verlos saltar de cama en cama, de la ventana a la calle, jugueteando con otros sueños, los de otros, y se contaban como era que soñaban y no sabía yo que los sueños también sueñan y por eso no se quieren ir a dormir. Me dicen que no me preocupe por ellos, que se cansan pronto y padecen del olvido. Irán cansándose y arrugándose, y se quedarán en un rinconcito esperando que llegues cansado, y te dejes la puerta abierta y se meterán por los agujeros de la nariz, y volverán a querer tomar de tus cosas para seguir creciendo.
Día 29 de marzo, 2014