He cerrado los ojos y te siento aquí. Percibo el calor de tus palabras. Siento como resbalan las eles por mis mejillas y a las íes que dejan los puntos en mi cara y ahora tengo pecas. Unas zetas se han enredado en mis cejas y las es mayúsculas tumbadas en mis parpados parecen pestañas. Tengo miedo a respirar por no comerme unas erres, sin embargo las eses son deliciosas. Me amas con tus letras, me acarician y dejo que las palabras se tornen ideas prendidas en mi pelo.
Tengo que traducírtelas, están un poco enredadas y me gusta el trabajo. No dejes de hablar, me estoy haciendo un vestido.